El agua de uso doméstico en Eulz, Navarra.Patrimonio inmaterial de Eulz

LA FUENTE. Durante varios siglos anduvieron las mozas afanadas en llevar agua del Lavadero a casa en la boteja, pero los nuevos tiempos obligaban a realizar la primera traída de aguas hasta el pueblo de Eulz. Por esa época numerosas localidades de la comarca andaban inmersas en esa misma labor. En Eulz, la obra de la Fuente también coincidió con el comienzo de la construcción de numerosos pozos en el casco urbano; muchos de los cuales aún se conservan. Así pues, la fecha grabada en el frontis de la fuente no deja lugar a dudas sobre la data de su construcción: 1912.
Como primer paso hubo una exhaustiva inspección del término del pueblo y los técnicos
determinaron que esta nueva fuente se creara, junto a su correspondiente canalización, con las aguas que manaban en el paraje de las Balsicas de Artadia. Además se hizo la subasta de las obras, quedando como mejor postor el cantero Carlos Goñi, natural de Abárzuza. Para dilucidar entre las interesadas y diferentes posturas de los vecinos sobre el emplazamiento idóneo tuvo que terciar el cura, Marcelino Azcona, eligiendo una zona razonablemente céntrica y cercana a su casa. En el emplazamiento actual.
La plazoleta de la fuente no estaba configurada como la vemos actualmente. Ahí no había más que un paso estrecho y para conseguir la amplitud necesaria hubo que hacer una permuta de terrenos con los propietarios Florencio Pinillos y Pedro Gil. Al primero se le concede una robada de terreno en Irurbia y el espacio cedido por Pedro Gil se permuta por media robada ubicada en el paraje de Larrandia.
Pronto se vio que el caudal de Artadia era insuficiente y acordaron solicitar al párroco la
captación del manantial de la Pieza del Palacio, de su propiedad. Don Marcelino accede y
además se obliga en el contrato “…a no pedir ninguna indemnización”.
Esta segunda conducción mejoró notablemente el caudal durante el estío y del uso surgió el abuso. Está claro que, con frecuencia, los ganados que iban a abrevar a los pilones no se
encontraban el agua en buen estado, ya que el 11 de Julio de 1915 el presidente del concejo Don José Gil convocó a los vecinos para tratar sobre ”…la higiene de la fuente y sus bebederos”. En el acta redactada tras la celebración del concejo, se recoge que “…se prohíbe terminantemente lavar nada en las pilas, bajo la multa de 2 pts, advirtiendo que cualquier persona queda con atribuciones para denunciar siendo la mitad de la denuncia para el denunciante. El denunciante ha de tener de 25 años en adelante y para más claridad se advierte que se prohíbe hasta lavar las manos y la cara”
Uno de los fines de la obra de la fuente y los pilones, era que esa nueva construcción fuera utilizada por los animales domésticos para abrevar. Las cuentas del pueblo son fiel reflejo de ese uso ya que a la habitual subasta de los fiemos de Larrelaza, donde se juntaban los ganados concejiles, se unen ahora los de la zona de la fuente.

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