Devoción mariana en Eulz Navarra.Patrimonio inmaterial

Inmaculada. Es una talla habilitada para procesionar y adquirida a iniciativa de don Luis. La imagen anterior está en casa Azcona y se trata de una figura muy común de escayola, preparada para ser vestida . Se sacaba en procesión el último domingo de mayo.

La talla de la Inmaculada se ubicaba en la capilla del lado del evangelio. En la proximidad de su urna, se reunían los domingos, las chicas que pertenecían a la agrupación conocida como Hijas de María, es decir, prácticamente todas las muchachas del lugar. Todas las tardes antes de salir de paseo, debían de rezar el rosario para así honrar a la Inmaculada e imitar sus virtudes de pureza, obediencia, caridad etc. Aunque la realidad resultaba más pragmática, el ideario de la época (masculino especialmente) asumía que la “honra” de la “mujer” era un pilar fundamental para el “honor” de la familia. Hasta tal punto se involucraba la iglesia en ese aspecto que, tras dar a luz, durante 40 días las mujeres no podían salir de casa ni ir a la iglesia. El impedimento para salir de casa se perdió antes, ya que la mujer era fundamental en la economía doméstica, pero la prohibición de acudir a la iglesia perduró. Así pues, finalizado ese período de “cuarentena” la madre acudía al pórtico y allí, de rodillas y portando una vela, recibía la bendición post partum, quedando de esta forma convenientemente “purificada”. Tras el ritual quedaba habilitada para unirse al resto de feligreses en sus prácticas. En Vidaurre de Guesálaz recuerdan como, a mediados del S.XX, una vecina acudía a atender sus gallinas durante el período de cuarentena, cruzando la calle con una teja sobre la cabeza. La teja representaba simbólicamente a la casa y por ello no quedaba quebrantada la prohibición religiosa.

La Asociación de Hijas de María alcanzó en Navarra, gran difusión tras la guerra. Las chicas que pertenecían a esta agrupación se distinguían con una medalla de lazo azul. Esta era la llamada Medalla Milagrosa creada a mediados del S. XIX, tras la supuesta aparición de la virgen a Santa Catalina Labouréle.

Virgen barroca. Poco se puede decir de esta imagen, actualmente desaparecida. Solo presentaba detalles terminados en cabeza y manos. El resto del cuerpo era “un palo”, lo que nos indica que era una imagen para vestir y probablemente originaria del período barroco. En esa época fueron muy populares este tipo de imágenes.

Capillas itinerantes. Son las hermanas menores de la religiosidad popular y han sido bastante ignoradas, aunque periódicamente unían a la familia en el rezo cada vez que llegaban a casa en su deambular por el vecindario. Son otra muestra evidente de la actual falta de transmisión oral y de la delegación de obligaciones a la catequesis y al colegio cuando antiguamente el entorno familiar era fundamental en la formación religiosa de la juventud.

La más antigua es la capilla de La Milagrosa. Los vecinos la conocen desde siempre y actualmente sigue funcionando como cofradía. La gestionan dos familias y el dinero recolectado en su cajeta se emplea en misas para los cofrades difuntos.

De igual manera funciona la capilla de María Auxiliadora. Ésta es más moderna ya que se trajo en los años 50-60 a instancias de don Luis, el párroco.

Abrir chat
1
Escanea el código
Hola, soy Esther
¿En qué puedo ayudarte?